lunes, 14 de junio de 2010

Luz en fase de expansión

Celia se sentía pletórica. Los pedaleos en la bicicleta eran cada vez más acelerados y ligeros: el torrente de pensamientos circulaba por todas sus venas, desde el cerebro hasta las piernas, y éstas lo transformaban en una energía tan poderosa como sutil. Buscaba el reflejo de su luz en los rostros de los peatones: casi todo el que se cruzaba con ella la miraba con extrañeza, como preguntándose por qué en estos tiempos alguien podía no sólo parecer feliz sino también, indudablemente, serlo. Celia se sabía observada y, al contrario que cuando era más joven, disfrutaba con ello. Sin dejar de atender a los semáforos parpadeantes y rodeando las farolas con la destreza de una culebra, sus ojos zigzagueaban de cara en cara emitiendo eléctricos pinchazos. Aunque la mayoría reaccionaba al sentirlos y dirigía su mirada hacia los ojos de Celia –que eran como faros de luz extraterrestre-, sólo ella percibía los colores de sus señales: índigo, magenta, tierra o calabaza. Celia, que hasta entonces no había creído en la existencia de un aura que rodeara a los seres humanos, notaba cómo unas partículas fosforescentes envolvían sus manos y sus brazos, su pecho y su pelo; cómo acariciaban sus labios, entreabiertos, redondeados; cómo surcaban los meandros de sus huellas dactilares… cómo trepaban por el vello transparente de su espalda.

Sólo algunos minutos antes algo se había transmutado en su interior. El interruptor del que dependían todas las conexiones de su cuerpo se había activado después de años encendiéndose y apagándose a voluntad de personas que no eran ella. Hoy, un día de principios de junio en el que llovía y lucía el sol en las cortinas del cielo, Celia había tocado, por fin, su esencia; había amasado su identidad y había descubierto que ésta no era un nombre, ni una serie de adjetivos intercambiables, ni una línea genealógica fuertemente asida a sus espaldas. Su identidad era una luz multidireccional que todos, consciente o inconscientemente, percibían. Los primeros no podían evitar mirarla y participar de ella en la distancia; los segundos se veían controlados por una fuerza superior que les impulsaba a tocarla y a beber de su luz.

Su identidad ya no era su carrera, ni su nacionalidad, ni su afición favorita, ni siquiera su sexo. Ya no era la enfermedad por la que había pasado, ni el círculo de personas con las que salía los sábados por la noche, ni el periódico que leía en el tren por las mañanas. Ya no era dos apellidos arrastrados por un nombre arbitrario, ni era su color favorito; tampoco las dioptrías de sus ojos, tampoco la hermana, la amiga o la alumna de nadie, tampoco su piel resbaladiza y tampoco las monedas de chocolate que le regalaban. Era ella, sin nombre, sin rostro, sin peso ni altura. Nada más que luz en fase de expansión.

3 comentarios:

  1. Ara seré la primera en publicar i pareixeré una enganxada del teu bloc (que conste que ha sigut una mica obligada) (super mentira, ha segut un tracte) (pareix que tinga conflicte d'opinions, no? per què escric en veu alta els meus pensaments?)

    Molt filosòfica hui, es nota que saturno està tapant la lluna i que la lluna està d'exàmens... és broma, relament mentres et llegia he pensat en eixes persones que et trasmeten bones vibracions, que sense coneixer-les penses: "ostres, esta persona m'anima, em dona vitalitat, no m'importaria estar al seu costat una estona més". En canvi, hi ha d'altres que amb una cara enfadada o una mirada enfurrunyida diuen que no volen saber res ni de tu ni de ningú, i només d'estar al seu costat no et sents ni tant sols bé amb tu mateixa.

    Crec que no era açò el que volies mostrar, o pot ser si! Eixa, possiblement, siga la gràcia d'escriure alguna cosa: que cadascú ho relacione amb una vivència,amb un sentiment...

    Crec que busques un enlluernament relacionat amb el viatge a Barcelona i que cese pot ser un: "ara si, ara no"...

    Espere que la xiqueta esta menjara moltes monedes de xocolata però no tantes... em deus una, i una visita al Dia!
    Un petó!

    Núria...

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  2. Un texto precioso, de vez en cuando me paso por aquí y me encanta leerte, muchas veces me siento muy identificado con tu forma de escribir.
    Sigue así.

    Un Saludo
    Alberto

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  3. ala, a falte de un: dos!

    Puc plantejar-te un repte?
    escriu en alguna ocasió en valencià!

    és molt típic dir açò... però.... no deixes d'escriure! I la piràmide invertida només per fer notícies, per tot lo demés: deixar-se endur, no creus?

    Jo de nou!

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